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Germinación y rebrotes: Incipiente pero esperanzador renacimiento de araucarias en Reserva Nacional China Muerta

A pesar de la recuperación, el bosque tardará más de 150 años para volver a su estado previo al incendio de 2015. Y esto siempre que no ocurran más perturbaciones.

'Incipiente y esperanzador'. Así describe Andrés Fuentes, biólogo en recursos naturales, investigador del Departamento de Ciencias Forestales y director de carrera de Ingeniería en Recursos Naturales de la U. de La Frontera (UFRO), el renacimiento de las araucarias en la Reserva Nacional China Muerta (Región de la Araucanía).

En 2015, cerca de 2.024 hectáreas —alrededor de 23% de la superficie de esta reserva— sufrieron daños por un gran incendio. Ahora, en esas zonas, ya se pueden observar especies arbustivas de distintos tamaños: araucarias que han germinado desde semillas, así como rebrotes en la base y copas de estos árboles.

Tras siete años de monitoreo continuo con su equipo —que incluye a estudiantes de pre y posgrado—, Fuentes, asegura que por fin se 'puede tener la certeza de que las araucarias están renaciendo y rebrotando, y no solamente es un efecto efímero temporal'.

El también investigador principal del Centro Nacional de Excelencia para la Industria de la Madera (Cenamad) explica que 'cuando uno inicialmente observa un rebrote vegetativo, particularmente en araucaria, puede ser a raíz de un efecto temporal producto de reservas de nutrientes que hayan quedado en las plantas y tienen un lapso de tiempo finito'.

'Varias de las araucarias que nosotros inicialmente monitoreamos en los primeros años se secaron completamente por este efecto, pero la mayoría logró sobrepasar los años iniciales. Esto quiere decir que la planta ya está nuevamente absorbiendo y metabolizando todos sus nutrientes', señala.

También precisa que era esperable que la araucaria mostrara signos de recuperación después del fuego, dado que tiene las herramientas evolutivas para poder hacerlo. Como ejemplo, dice que las araucarias han convivido por varios milenios con regímenes de incendios forestales por el vulcanismo.

'En 2016 (tras el incendio), durante la temporada de reproducción, la araucaria tuvo una gran cantidad de producción de semillas, probablemente pocas veces vista. Lo más probable es que esta respuesta haya sido gatillada por los incendios forestales'.

Asimismo agrega: 'Nos dimos cuenta de que más allá de que algunos años haya semillas y otros no, también existen otras estrategias de crecimiento vegetativo: las araucarias juveniles mostraron una alta capacidad de rebrote desde la base y las araucarias un poco mayores mostraron una recuperación importante de rebrotes en las copas aéreas'.

Sin embargo, acota que 'el renacimiento es incipiente porque la araucaria es una especie muy longeva. Los datos son iniciales y necesitamos que se mantengan buenas condiciones: que no vuelvan a haber incendios forestales, controlar el acceso del ganado—que dañan las especies nativas que están germinando o brotando y propagan especies exóticas— de tal forma que esto tienda a ser un poco más rápido'.

(El renacimiento) 'Es esperanzador porque en general las especies acompañantes del bosque, de los árboles, están mostrando una buena recuperación'.

Lenga en problemas

No obstante, no todas las plantas han tenido el mismo desarrollo. Al menos cinco especies arbustivas y herbáceas, como las orquídeas, no están presentes y los árboles de lenga en los lugares más dañados de la reserva no se han restablecido.

Fuentes explica que este árbol es longevo y muy importante para el bosque. 'Otorga recursos nutricionales para especies de aves y para el suelo. Pero no está recuperándose. No es capaz de rebrotar, ni tampoco hay árboles adultos que hayan quedado en las áreas quemadas que estén dispersando semillas'.

Por ello, además de seguir monitoreando un pequeño ensayo de plantación de araucaria (cerca de 250 árboles), también trabajan en ensayos de germinación para producir plántulas de lenga para replantar.

'Es difícil decir cuándo el bosque se va a recuperar en términos de tiempo, al no tener certeza de que ocurran otras perturbaciones, ya con 40 a 50 años de crecimiento se podría asegurar la recuperación natural, es decir, cuando exista una nueva cohorte de araucarias que logren generar semillas'.

Y agrega: 'Si aislamos el efecto de las perturbaciones y estos bosques se mantienen bien conservados, uno podría llegar a tener una estructura semejante a la que había previo al incendio por sobre los 150 años'.

Nota original de Vida, Ciencia y Tecnología de El Mercurio

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