Un estudio asociado al proyecto ANILLO Firing ACT210060, “Efectos multiescala de los incendios forestales extremos sobre la erosión, agua y ciclos biogeoquímicos en suelos forestales naturales y manejados”, con participación del investigador principal de CENAMAD Dr. Rafael Rubilar (Universidad de Concepción), confirma cómo la sequía prolongada desde 2007 ha intensificado los incendios en los bosques nativos del centro-sur de Chile.

Entre 2000 y 2023, el fuego afectó más de 407 mil hectáreas —equivalentes al 8,8% del total—, con un impacto especialmente fuerte en bosques jóvenes y vulnerables. La megasequía que afecta a Chile desde 2007, con déficits de precipitación de hasta un 31%, coincide con un aumento sostenido de incendios de gran magnitud. Algunos de los episodios más destructivos de las últimas décadas ocurrieron en las temporadas 2016–2017 y 2022–2023, ambas bajo condiciones de sequía extrema.
El estudio “Drought and Wildfire Trends in Native Forests of South-Central Chile in the 21st Century”, publicado en la revista Fire, contó con la participación de Rafael Rubilar (CENAMAD – Universidad de Concepción); el Dr. Efraín Duarte (USDA Forage and Research Laboratory, Utah, EE. UU.); y los académicos Dr. Francisco Matus, Dra. Carolina Merino y Dr. Francisco Nájera (Universidad de La Frontera). La investigación analizó imágenes satelitales validadas en terreno para evaluar el impacto de la sequía sobre 4,6 millones de hectáreas de bosque nativo.
Los resultados muestran que el 85,2% de los incendios se produjeron bajo condiciones de sequía moderada a severa, revelando una estrecha relación entre déficit hídrico y riesgo de fuego.
Cifras principales
- Superficie afectada: 407.561 hectáreas quemadas entre 2000 y 2023, equivalentes al 8,8% de la superficie de bosque nativo estudiada.
- Promedios anuales: antes de la sequía (2000–2006), se quemaban en promedio 12.845 ha por año; durante la sequía (2007–2023), la cifra subió a 30.780 ha anuales, más que duplicando la superficie afectada.
- Incendios más grandes: Los incendios de mayor superficie (50 a 1000 ha), comparados con los observados entre los años 2002 y 2007, se duplicaron entre 2008 y 2018, y se triplicaron entre 2019 y 2023 entre las regiones del Maule y la Araucanía.
- Regiones más impactadas: La Araucanía concentra la mayor superficie afectada (98.226 ha), mientras que la Región Metropolitana registra la mayor proporción de bosque nativo quemado (15,9%).
- Bosques jóvenes en riesgo: el 82% del área afectada corresponde a bosques de sucesión temprana, más vulnerables frente a incendios.
- Validación en terreno: el cruce con más de 9.000 registros de CONAF mostró un 86,6% de coincidencia entre datos satelitales y observaciones de campo.

Un llamado a la acción
La investigación muestra que el vínculo entre sequía e incendios es especialmente fuerte en regiones de clima mediterráneo más húmedo, como Maule, Ñuble, Biobío y La Araucanía, donde las lluvias de invierno generan combustible fino que luego se seca en verano.
Los autores advierten que estos resultados refuerzan la urgencia de fortalecer la prevención y el manejo de incendios en bosques nativos, priorizando los más vulnerables. Asimismo, destacan que la degradación por fuego se ha convertido en una de las principales fuentes de emisiones de carbono, lo que hace aún más relevante proteger estos ecosistemas en un contexto de cambio climático.
Además, el estudio subraya el valor de combinar índices de sequía de largo plazo con observaciones satelitales, un enfoque innovador que permite monitorear y anticipar el comportamiento del fuego. Los investigadores plantean la necesidad de aplicar estas metodologías en distintos contextos climáticos y evaluar los impactos de largo plazo de los incendios en la degradación forestal y las emisiones de carbono, para fortalecer la gestión y las políticas públicas frente a escenarios cada vez más exigentes.
Conexión con CENAMAD
Este estudio se alinea con CENAMAD en su eje de sustentabilidad y productividad forestal. Sus hallazgos entregan evidencia científica clave para orientar estrategias de conservación y diseñar políticas públicas.
Proteger estos bosques significa resguardar biodiversidad, agua y carbono para las generaciones futuras.
El trabajo fue desarrollado en el marco del proyecto Firering compuesto por un equipo interdisciplinario integrado por: Dr. Efraín Duarte (USDA Research Service), Dr. Rafael Rubilar (U. de Concepción), Dr. Francisco Matus (U. Frontera), Dra. Claudia Garrido-Ruiz (USDA), Dra. Carolina Merino (U. Frontera), Dra. Cecilia Smith-Ramírez(U. Los Lagos), Dr. Felipe Aburto (Texas AM, USA), Dra. Claudia Rojas (U. O’Higgins) , Dra. Alejandra Stehr (U. de Concepción), Dr. José Dörner (U. Austral), Dr. Francisco Nájera (U. Frontera), Dr. Guillermo Barrientos (U. Catolica Maule) y Dr. Ignacio Jofré (U. Frontera).
Accede al artículo completo aquí: https://www.mdpi.com/2571-6255/7/7/230
Consulta la herramienta de modelación “Repórtes de Incendios en el Area de Influencia del ” desarrollada por el Laboratorio de Investigación en Suelos, Aguas y Bosques de la Universidad de Concepción aquí: https://suelos.udec.cl/?q=node/50#overlay-context=eventos%3Fq%3Deventos
