
Un estudio con participación de investigadoras e investigadores de CENAMAD, publicado en Forests (2025), evaluó el aprovechamiento de trozas pequeñas y descartadas para madera aserrable de bosque nativo, regularmente usados como leña, demostrando que pueden transformarse en materia prima para producir madera sólida de valor mediante un sistema de clasificación y procesamiento adaptado a maderas de pequeñas dimensiones.
La falta de manejo silvícola, los problemas fitosanitarios agravados por el cambio climático y degradación han reducido la disponibilidad de trozas de calidad para la industria de la madera aserrable y debobinable. Así, las trozas de pequeño diámetro, frecuentemente con defectos como nudos, curvaturas, grietas y daños por insectos, suelen ser relegadas a leña o abandonadas en el piso forestal. Esta práctica, además de no valorizar la biomasa, contribuye a la acumulación de combustible y al riesgo de incendios. Frente a este escenario, un grupo de investigadoras e investigadores propuso una alternativa para revalorizar esta materia prima, a través de un enfoque de aserrío flexible y un nuevo sistema de clasificación dirigido a este tipo de trozas.
El trabajo, titulado “Discarded Small-Logs Recovery from Natural Forests: Improving the Value Chain”, fue desarrollado por María Paulina Fernández (Pontificia Universidad Católica de Chile / CENAMAD), Rosa María Alzamora (Universidad de Concepción / CENAMAD), Francisco Chateau (Pontificia Universidad Católica de Chile / CENAMAD), Juan Pedro Elissetche (Universidad de Concepción / CENAMAD) y Eduardo Pérez (investigador independiente).

De desecho a madera sólida
El estudio demostró que incluso las trozas consideradas de bajo valor pueden transformarse en productos útiles. Se analizó la calidad de 177 trozas de especies nativas como roble (Nothofagus obliqua), coihue (Nothofagus dombeyi), lingue (Persea lingue), avellano chileno (Gevuina avellana) y radal (Lomatia hirsuta) en bosques de segunda sucesión de la Región de Ñuble, usando un sistema de calificación de calidad de troza especialmente diseñado para este tipo de materia prima de desecho, ya que las claves de calificación de calidad existentes habrían desechado todas las trozas.
Los defectos más comunes fueron nudos (95%), curvatura (79%) y grietas (46%).
Una submuestra de estas trozas fue aserrada con patrones de corte flexibles, buscando el máximo aprovechamiento de las trozas. Tras su procesamiento, se alcanzó un rendimiento promedio de 36% del volumen, una cifra significativa si se considera que en aserraderos convencionales este valor puede descender hasta 26% cuando se utilizan trozos de pequeño diámetro.
Entre las especies evaluadas, Nothofagus dombeyi logró el mayor rendimiento (42%), seguida por Persea lingue y Gevuina avellana (39%), y Nothofagus obliqua (34%). En total, se obtuvieron 235 tablas de diferentes espesores, anchos y longitudes, lo que demuestra la versatilidad de este enfoque.






Un aporte inédito
Además de los resultados productivos, el equipo diseñó un nuevo sistema de clasificación para trozos pequeños, el primero propuesto en Chile. Esta herramienta permite evaluar la calidad de la materia prima y orientar su procesamiento hacia productos de mayor valor, abriendo nuevas posibilidades para la gestión del bosque nativo.
Nuevas oportunidades para el bosque nativo
El aprovechamiento de trozas pequeñas se presenta como una alternativa para aumentar el valor de recuperación de los bosques nativos en el corto plazo; así como para reducir la acumulación de combustible en los bosques, generar ingresos adicionales a pequeños y medianos propietarios y contribuir al almacenamiento de carbono a largo plazo al destinar la madera a productos sólidos en lugar de combustibles.
Este estudio es parte de los resultados del proyecto 017/2020 “Cadena productiva forestal de escuadrías pequeñas: potenciando el uso del bosque nativo”, financiado por el Fondo de Investigación del Bosque Nativo administrado por CONAF.
Conexión con la estrategia de CENAMAD
Este avance se vincula con los ejes estratégicos de la Hoja de Ruta CENAMAD 2023–2031, que promueven la sustentabilidad y productividad forestal, la mejora de la calidad y disponibilidad de la madera y la resiliencia de los bosques frente a incendios y cambio climático.
