
Frente al cambio climático, el acceso a vivienda y la necesidad de ciudades más eficientes, la construcción sustentable en madera se presenta como una alternativa estratégica y de alto impacto. No solo permite reducir las emisiones incorporadas en edificaciones, sino que también captura y almacena carbono durante décadas.
Sin embargo, en Chile aún no existen políticas públicas estructuradas que impulsen su uso a gran escala en contextos urbanos.
A partir del estudio “Ciudades sostenibles en madera: políticas públicas para la densificación de ciudades con bajas emisiones de carbono” —elaborado por los investigadores Felipe Victorero, José Luis Caamaño y Daniela Méndez, del Centro UC de Innovación en Madera (CIM UC) y del Centro Nacional de Excelencia para la Industria de la Madera (CENAMAD), en el marco del Concurso de Políticas Públicas UC 2024— este artículo examina el contexto internacional, el panorama nacional y una serie de propuestas que podrían marcar un punto de inflexión.
Lecciones internacionales: políticas activas para construir con menos carbono
En las últimas décadas, diversos países han integrado la construcción en madera como parte de sus estrategias climáticas, combinando normativas, incentivos económicos y acciones de fomento a la innovación. Ejemplos destacados incluyen:
- Francia, cuya Ley de Sustentabilidad exige que al menos un 50% de los materiales utilizados en edificaciones públicas sean biobasados.
- Finlandia, que a través de su Plan de Acción para la Madera busca alcanzar un 45% de uso de este material en edificios públicos hacia 2025.
- Canadá, con programas como el Green Construction Wood Program, que financian proyectos demostrativos en madera para validar nuevas tecnologías constructivas.
Entre las estrategias comunes se encuentran:
- Normativas que exigen mínimos de madera en proyectos con financiamiento público.
- Subsidios y fondos de I+D, que mitigan los riesgos de adopción de nuevas tecnologías.
- Campañas informativas y programas de formación técnica, dirigidos a profesionales, autoridades y desarrolladores.
- Instrumentos como el análisis de ciclo de vida (LCA) y las declaraciones ambientales de producto (DAP), integrados en procesos de evaluación de impacto.
Este enfoque representa un cambio de paradigma: desde regulaciones prescriptivas a estrategias integradas, que articulan normas, incentivos y cultura técnica. La experiencia internacional muestra que, cuando el Estado crea condiciones habilitantes —a través de normas, incentivos y formación técnica—, la industria responde con adopción tecnológica y desarrollo de soluciones en madera.
El caso chileno: avances parciales y una oportunidad estratégica
Chile ha asumido compromisos ambiciosos en materia climática, como la carbononeutralidad al 2050 establecida en su Estrategia Climática de Largo Plazo. A ello se suma una industria forestal consolidada, capacidades técnicas en construcción industrializada y un déficit habitacional superior a las 550 mil viviendas.
No obstante, el uso de la madera en edificaciones urbanas sigue siendo marginal. Las políticas públicas actuales —como el Plan de Emergencia Habitacional o los instrumentos de Corfo y Construye2025— han impulsado iniciativas en regiones forestales, pero no existe una política nacional que integre la madera como parte de una estrategia urbana, habitacional y climática de largo alcance. En la Región Metropolitana, por ejemplo, no se han implementado acciones específicas.
Entre las principales limitaciones destacan:
- La ausencia de reconocimiento explícito del rol de los productos madereros como sumideros de carbono en la mayoría de los instrumentos climáticos nacionales.
- Restricciones normativas que dificultan el uso de madera en media y gran altura, a pesar de la existencia de más de 200 soluciones constructivas certificadas y disponibles en plataformas como Diseña Madera.
- Carencia de incentivos tributarios, financieros o administrativos que faciliten la adopción de este tipo de soluciones constructivas.
Como resultado, la madera tiene una presencia casi nula en edificios de más de cinco pisos, precisamente donde se concentra el proceso de densificación urbana.
Propuestas desde el CIM UC para una política pública transformadora
El estudio desarrollado por Felipe Victorero, José Luis Caamaño y Daniela Méndez identifica tres estrategias prioritarias para activar una política nacional que promueva la construcción en madera como parte integral de un desarrollo urbano bajo en emisiones:
1. Difusión técnica e información estratégica
La falta de conocimiento es una barrera relevante. A pesar de contar con plataformas como Diseña Madera, muchos actores del sector público y privado desconocen el estado actual de la tecnología y la normativa aplicable.
Se proponen medidas como:
- Programas formativos dirigidos a funcionarios públicos, gobiernos regionales y municipios, para facilitar la inclusión de criterios de sustentabilidad en inversiones públicas.
- Iniciativas similares a Timber First (Reino Unido), que entregan información y redes a desarrolladores al momento de planificar proyectos.
- Fortalecimiento de herramientas de acceso abierto, como Diseña Madera, incluyendo módulos sobre LCA, huella de carbono y desempeño térmico.
2. Integración del carbono biogénico en las políticas climáticas
Los productos madereros de larga duración almacenan carbono durante décadas. Este aporte —reconocido por organismos internacionales como el IPCC— no se refleja aún en la contabilidad oficial de Chile ni en incentivos aplicables al sector construcción.
Las acciones sugeridas incluyen:
- Establecer porcentajes mínimos de uso de madera en edificaciones públicas.
- Crear certificaciones nacionales de captura de carbono biogénico para productos madereros.
- Promover la elaboración de declaraciones ambientales de producto (DAP) y su incorporación en los procesos de licitación pública.
3. Proyectos detonantes para activar el ecosistema
A nivel internacional, los proyectos pioneros han sido determinantes para romper barreras técnicas, culturales y regulatorias. En Chile, ya existen iniciativas como el edificio industrializado en madera de Lo Espejo o el Consorcio Ciudad Madera, liderado por Territoria, Corfo y el CIM UC, que busca impulsar edificios en madera de hasta 15 pisos.
Se plantea:
- Generar llamados públicos para el desarrollo de proyectos demostrativos, especialmente en vivienda, educación y salud.
- Ofrecer beneficios tributarios y mecanismos de financiamiento verde para edificaciones que incorporen materiales renovables de alto estándar.
- Incorporar ventajas administrativas en los procesos de tramitación municipal, como revisión preferente o permisos especiales para soluciones constructivas certificadas.
“Luego de analizar el escenario nacional e internacional sobre políticas públicas para avanzar en el desarrollo de ciudades más sostenibles, vemos que resulta urgente impulsar estrategias de largo plazo que articulen miradas intersectoriales sobre cómo descarbonizar el sector construcción mediante materiales biobasados como la madera. Desde el CIM UC, nuestro rol es clave para generar y validar, junto al sector público, privado y la academia, una evidencia técnica robusta que respalde estas decisiones regulatorias de alto impacto”, afirmó el Coordinador de Transferencia del CENAMAD, José Luis Caamaño.
Una oportunidad país
Chile tiene la base técnica, los recursos naturales y el capital humano necesarios para liderar una transformación en la forma en que construimos nuestras ciudades. Pero convertir esa capacidad en impacto requiere visión estratégica, coordinación pública y voluntad política.
Promover una política nacional que integre la construcción en madera como herramienta de densificación urbana sustentable permitiría:
- Reducir las emisiones incorporadas en el sector construcción.
- Fortalecer la captura de carbono a través de productos forestales durables.
- Activar cadenas de valor regionales y empleo local.
- Acelerar soluciones industrializadas para el déficit habitacional.
Incorporar la madera en nuestras ciudades no es solo una decisión técnica, sino una oportunidad de política pública para reducir emisiones, dinamizar economías locales y avanzar hacia una construcción más sustentable.
Este artículo resume la propuesta “Ciudades sostenibles en madera”, desarrollada por investigadores del Centro Nacional de Excelencia para la Industria de la Madera (CENAMAD), en el marco del Concurso de Políticas Públicas UC 2024.